Ahora que parece que se ha instaurado el frío definitivamente, es cuando pensamos lo bien que estaríamos tostándonos al sol, bajo la sombra de una palmera.
Pues decidido, nos vamos al Caribe ¡Al calorcito!, llenamos la maleta de bañadores y sandalias y corriendo para el avión.
Sólo nos surge una duda ¿Cuántas horas de vuelo son? ¿Aguantaré sentado tanto tiempo?
Una amiga me contó que una tía suya había sufrido el síndrome de la clase turista. ¿Me podría pasar eso a mí?
El Síndrome de la Clase Turista consiste en la formación de un trombo en el sistema venoso profundo de las piernas, que posteriormente puede fragmentarse y desprenderse, afectando a las arterias pulmonares. Esto se ha observado en pasajeros de vuelos aéreos de larga duración y sobre todo en viajeros de clase turista, debido a la mayor inmovilidad que tienen.
Está directamente relacionado con el reducido espacio que hay entre los asientos, la deshidratación y la falta de ejercitación de las piernas durante tiempo prolongado. Estos tres factores contribuyen a la disminución del flujo sanguíneo y a la formación de coágulos.
Debemos conocer que hay factores que pueden aumentar el riesgo de una persona a presentar una trombosis:
- Riesgo moderado: personas de más de 45 años, la toma de algunos medicamentos como anticonceptivos orales o terapia hormonal sustitutiva, obesidad, enfermedad varicosa, insuficiencia cardíaca, embarazo o fumadores.
- Alto riesgo: historia previa de trombosis o predisposición familiar a la trombosis, antecedentes de intervención reciente bajo anestesia general, traumatismo en las extremidades inferiores, miembros inferiores inmovilizados o enfermedades oncológicas.
Pero que no cunda el pánico, que aunque el síndrome la clase turista es real, lo cierto es que afecta a un porcentaje muy bajo de la población y podemos evitarlo mediante una serie de medidas muy sencillas, las cuales podemos aplicar siempre que nuestro vuelo dure más de tres horas.
- Procurar escoger asientos situados en el pasillo ya que nos permiten mayor movilidad.
- No colocar equipaje debajo del asiento delantero pues disminuye aún más la movilidad de las piernas.
- Si se está dentro del grupo de personas con alto riesgo, utilizar medias de compresión durante el vuelo para favorecer la circulación.
- Si se desea dormir durante el vuelo conviene hacerlo con las piernas estiradas y relajadas.
- Viajar con ropa cómoda.
- Se recomienda beber abundante agua, no tomar alcohol, ni bebidas con cafeína, pues pueden favorecer la deshidratación.
- Evitar sentarse con las piernas cruzadas.
- Realizar paseos cortos por la cabina cada 1 o 2 horas. Hacer ejercicios de estiramiento de las piernas.
Farmaconsejo: No dejes que el SCT te asuste, pues la incidencia de sufrirlo es baja y además adoptando estas medidas preventivas tan sencillas conseguiremos evitarlo y hacer más llevaderas las horas de vuelo. Así que, ya sabes a disfrutar del verano Caribeño mientras el resto de los mortales pasamos el invierno.