Ahora que parece que se ha instaurado el frío definitivamente, es cuando pensamos lo bien que estaríamos tostándonos al sol, bajo la sombra de una palmera.
Pues decidido, nos vamos al Caribe ¡Al calorcito!, llenamos la maleta de bañadores y sandalias y corriendo para el avión.
Sólo nos surge una duda ¿Cuántas horas de vuelo son? ¿Aguantaré sentado tanto tiempo?
Una amiga me contó que una tía suya había sufrido el síndrome de la clase turista. ¿Me podría pasar eso a mí?